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lunes, 4 de mayo de 2009
Nuevos partidos
Pablo Iglesias, Prat de la Riba y Sabino Arana son tres personajes que contribuyeron de forma decisiva a la creación de las nuevas fuerzas políticas que nacieron al margen de los partidos "turnistas" y que, en algunos casos, han llegado hasta hoy. ¿Conoces algo de sus respectivas biografías?
4 comentarios:
javi
dijo...
Pablo Iglesias Posse El Ferrol (La Coruña), 18 de Octubre de 1850 / Madrid, 9 de Diciembre de 1925 PABLO IGLESIAS POSSE, líder del movimiento obrero español, fue el cofundador del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en 1879 y de la Unión General de Trabajadores (UGT) en 1888. De ascendencia humilde, nació en el 18 de octubre de 1850 en El Ferrol (La Coruña). Paulino, como le llamaban familiarmente, asiste a la escuela desde los seis hasta los nueve años, momento en el que muere su padre, un peón municipal, y se traslada a vivir a Madrid en compañía de su madre y su hermano menor. Los tres hicieron el viaje a pie, tirando de un pequeño carromato en el que llevan los pocos enseres que poseían. En la capital, la madre tiene que pedir limosna e ingresa a los dos hijos en el Hospicio de San Fernando. Allí, el joven Iglesias acaba los estudios primarios y elige el curso de tipógrafo como oficio a aprender. Con las propinas que recoge como repartidor comienza su afición por la lectura y el teatro. Cuando tiene doce años huye del hospicio para trabajar y ayudar a su madre. Ejerce su oficio en diferentes imprentas, mejorando poco a poco su salario. En una de las ocasiones, le echarán por sumarse a una huelga y de nuevo sufre el paro, la miseria y la desgracia: su hermano muere de tuberculosis. Asiste a clases nocturnas y aprende francés, que le sirve para leer las obras de algunos clásicos de la ciencia política y más adelante, para realizar algunas traducciones de los socialistas franceses y entenderse en los congresos internacionales en los que participa. Al amparo de las libertades que otorga la Constitución de 1869, la sección española de la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT) organiza una serie de conferencias en Madrid y a ellas asiste Iglesias y, en 1870, solicita su ingreso en la sección de tipógrafos. Poco tiempo después resultó elegido miembro del Consejo Federal de Madrid. La aparición de "La Solidaridad", periódico de la Internacional, le proporciona una ocasión para iniciar una intensa labor periodística que solo acabará al final de su vida. Tras la ruptura de los anarquistas con Marx, Iglesias solicita su ingreso en 1873 en la Asociación del Arte de Imprimir y al año siguiente fue elegido su presidente. Desde esta nueva plataforma preparará durante varios años de labor clandestina la creación del segundo partido obrero de los que se constituirían en el mundo. El 22 de mayo de 1879, en un banquete de fraternidad internacional celebrado clandestinamente en Madrid, veinticinco personas (con Iglesias al frente) fundan el Partido Socialista Obrero Español. En repetidas ocasiones irá a la cárcel por su cada vez mayor activismo político. La primera por una huelga en 1882 y la última, cuando tiene sesenta años. En todas las ocasiones rechaza las peticiones de indulto. También será víctima de la represión particular de los patrones que le niegan el trabajo. Gracias al periódico "El Socialista", que había fundado el 12 de marzo de 1886, y al salario que recibe como impresor, redactor y director del mismo, eludirá el hambre en más de una ocasión. El 12 de agosto de 1888 se acuerda en Barcelona la creación de la Unión General de Trabajadores, nombre propuesto por Iglesias. Y en el Congreso de 1889 es nombrado presidente de su comité nacional, cargo en el que continuará hasta su muerte. En 1890, cuando se celebra en Madrid por primera vez la jornada de lucha del Primero de Mayo, encabeza una impresionante manifestación y es el encargado de entregar al Gobierno las reclamaciones de las reformas legislativas, entre ellas la reforma de la jornada laboral a ocho horas. En 1905 fue elegido por primera vez concejal del Ayuntamiento de Madrid y en las elecciones de junio de 1910, gracias a la alianza republicano-socialista a la que se había opuesto Iglesias, fue elegido (con el respaldo de 40.899 votos) primer diputado socialista que entra en el Parlamento español. Su intensa actividad parlamentaria se va a limitar a los cuatro primeros años, ya que en 1914 el empeoramiento de su salud le impedirá asistir a la mayoría de las sesiones. La escisión del partido en 1921 (cuando el PSOE, con el apoyo de Iglesias, adopta la línea socialdemócrata en contra de la III Internacional) y la constitución del Partido Comunista Obrero Español será mortal para la salud del viejo dirigente. En 1923 fue elegido diputado por última vez. Aunque el fundador del socialismo español tenía una escasa formación teórica, su producción intelectual es cuantiosa y relevante. Desde su primer artículo, "La Guerra", firmado el 5 de diciembre de 1870 en "La Solidaridad" hasta el último, "El Proletariado vencerá", aparecido en "La Libertad" el 5 de diciembre de 1925, se pueden cuantificar unas dos mil colaboraciones en numerosos periódicos y revistas de España y del extranjero. Entre otros, escribió "El programa de nuestro partido", "Discurso", "Las organizaciones de resistencia", "El programa socialista", "Comentarios" y "Propaganda socialista". Tras su muerte fueron editados también muchos de sus escritos, como "Exhortaciones a los trabajadores", "Páginas escogidas", "Reformismo social y lucha de clases", "El Partido Socialista" y las reformas sociales" y "Antología crítica". Este conjunto convierte a Iglesias en uno de los mejores propagandistas, con la palabra y la pluma, del ideario socialista. A su vez, pocos líderes obreros merecieron tanta atención y generaron tanta bibliografía como él. Fue objeto de vehemente defensa y furibundo ataque. De cualquier forma, su coherencia ética, su llamada a la regeneración y a la esperanza constituyen los rasgos fundamentales de su trayectoria vital. El 9 de diciembre de 1925 falleció en Madrid. En un cajón de su humilde despacho dejó un sobre con 1.000 pesetas para "El Socialista", al que había estado vinculado desde su nacimiento. El homenaje póstumo que se le tributó fue impresionante. Con la autorización del Gobierno, más de 150.000 ciudadanos acompañaron el féretro al cementerio civil de Madrid y desde todas las tribunas se le rindió un unánime y cálido recuerdo.
Enric Prat de la Riba (Enric Prat de la Riba y Serra; Castellterçol, 1870 - 1917) Político y escritor catalán. Pertenecía a una antigua familia de propietarios rurales del Vallés oriental. Cursó la carrera de abogado en la Universidad de Barcelona y, todavía estudiante, presidió el "Centre Escolar Catalanista" y compuso, en colaboración con Pere Muntanyola, el folleto Doctrina catalanista. Publicó sus primeros artículos en La Reinaxença: muy joven aún ingresó en la "Unió Catalanista", pero se separó de este partido para dirigir La Veu de Catalunya, al convertirse este semanario en diario (1899). Pronto conquistó un gran prestigio como periodista de criterio lúcido y juicioso. Expuso su doctrina política en La nacionalitat catalana y en un manifiesto, Per Catalunya i l'Espanya Gran, que firmaron los parlamentarios catalanes. Procesado en 1897 por un articulo en La Renaixença y encarcelado en 1902 por otro en La Veu de Catalunya, del cual no era autor, su salud, ya precaria, se hizo más delicada y le privó de intervenir plenamente en las luchas políticas. A partir de la Solidaridad Catalana (1906) Prat de la Riba se convirtió en el verdadero director de la "Lliga Regionalista", partido que ocupaba el centro de la política catalana. Diputado provincial (1905), presidente de la Diputación (1907), pasó a presidir la Mancomunidad de las cuatro, provincias catalanas al crearse esta institución (1914). Con ambición plenamente nacional, se consagró a dar contenido a la vida catalana, creando e impulsando entidades de cultura como la Universidad Industrial, el Instituto de Estudios Catalanes, la Biblioteca de Cataluña, el Consejo de Pedagogía, etc. Su autoridad era indiscutible, no sólo entre los parlamentarlos de su partido, sino entre los otros grupos políticos; todos veían en él al "seny ordenador" de un vasto y auténtico renacimiento cultural y político.
Sabino Arana Goiri Padre del nacionalismo vasco (Bilbao, 1865-1903). Procedente de una familia carlista del barrio de Abando, Sabino inició su educación en Bayona (Francia), adonde habían huido en 1873, al descubrirse la implicación de su padre en el contrabando de armas para los partidarios de don Carlos (VII). Después pasó por un colegio de jesuitas y completó su formación aprendiendo vasco durante una larga convalecencia. Interrumpió sus estudios de Derecho en la Universidad de Barcelona al morir su madre, en 1888. Desde entonces, aislado en su casa de Albia, se dedicó a la investigación histórica y filológica, obsesionado por la identidad del pueblo vasco. Elaboró multitud de artículos (la mayoría sobre temas lingüísticos) que, en 1892, recopiló bajo el título Bizcaya por su independencia; en 1893 los presentó ante unos cuantos adeptos en un acto que representa el arranque de su actividad política (el llamado «juramento de Larrazábal»). Su ideología de entonces, racista y reaccionaria, no desentonaba en el contexto europeo de fin de siglo, en el que proliferaban los nacionalismos xenófobos y chovinistas; aparte del referente mítico de la lengua, común en la mayor parte de los nacionalismos europeos desde los románticos alemanes, Sabino dotó a su movimiento de un tinte tradicionalista (reclamación de los «fueros» como constitución propia del país) y de un confesionalismo católico rayano con el integrismo, que quedaron reflejados en su lema Dios y leyes viejas. Creía haber descubierto los principios eternos del «ser» vasco, a cuyo olvido atribuía la decadencia histórica del país y su sometimiento a ideas foráneas. Hizo objeto de sus ataques a los inmigrantes venidos de otras regiones de España, a los socialistas y al movimiento obrero en general, así como a los principios de tolerancia del liberalismo; consiguió así entroncar con los temores y las frustraciones de las clases medias de la provincia de Vizcaya, intensamente sacudidas por la reciente industrialización, que acogieron la propuesta nacionalista como argumento ideológico de su lucha contra la clase obrera y contra el Estado centralista de la Restauración, al que consideraban aliado de los grandes capitalistas autóctonos.
Hola Jesús, bienvenido de tu viaje, ya me contarás que tal. Adunto información sobre Sabino Arana.
Un saludito y hasta mañana.
LOURDES.
Nació en 1865, de una acaudalada familia naviera y propietaria de un astillero. Su padre, carlista, estuvo comprometido en el suministro de armas para el movimiento que daría lugar a la tercera y última guerra carlista, en 1872, cuyo fracaso final, en 1876, le sumió en una profunda depresión. El carlismo quedó prácticamente en ruinas y la familia Arana perdió bastante de su posición económica. Pero no fue sólo una derrota política y militar: también la sociedad vizcaína experimentaba por entonces un brusco cambio, aniquilador de los viejos valores y formas de vida a los que tan apegada estaba la familia Arana. En los años 70, la explotación de las minas de hierro para su exportación había iniciado la industrialización de Vizcaya, completada en los años 80 con la creación de plantas siderúrgicas. Estaba cambiando la composición social y hasta el mismo paisaje, la ciudad crecía con barriadas lóbregas donde se albergaban miles de inmigrantes de otras provincias, gente a menudo desarraigada y sin vida familiar, parte de ella influida por ideas antirreligiosas o revolucionarias
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Pablo Iglesias Posse
El Ferrol (La Coruña), 18 de Octubre de 1850 / Madrid, 9 de Diciembre de 1925
PABLO IGLESIAS POSSE, líder del movimiento obrero español, fue el cofundador del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en 1879 y de la Unión General de Trabajadores (UGT) en 1888.
De ascendencia humilde, nació en el 18 de octubre de 1850 en El Ferrol (La Coruña). Paulino, como le llamaban familiarmente, asiste a la escuela desde los seis hasta los nueve años, momento en el que muere su padre, un peón municipal, y se traslada a vivir a Madrid en compañía de su madre y su hermano menor. Los tres hicieron el viaje a pie, tirando de un pequeño carromato en el que llevan los pocos enseres que poseían. En la capital, la madre tiene que pedir limosna e ingresa a los dos hijos en el Hospicio de San Fernando. Allí, el joven Iglesias acaba los estudios primarios y elige el curso de tipógrafo como oficio a aprender.
Con las propinas que recoge como repartidor comienza su afición por la lectura y el teatro. Cuando tiene doce años huye del hospicio para trabajar y ayudar a su madre. Ejerce su oficio en diferentes imprentas, mejorando poco a poco su salario.
En una de las ocasiones, le echarán por sumarse a una huelga y de nuevo sufre el paro, la miseria y la desgracia: su hermano muere de tuberculosis. Asiste a clases nocturnas y aprende francés, que le sirve para leer las obras de algunos clásicos de la ciencia política y más adelante, para realizar algunas traducciones de los socialistas franceses y entenderse en los congresos internacionales en los que participa.
Al amparo de las libertades que otorga la Constitución de 1869, la sección española de la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT) organiza una serie de conferencias en Madrid y a ellas asiste Iglesias y, en 1870, solicita su ingreso en la sección de tipógrafos. Poco tiempo después resultó elegido miembro del Consejo Federal de Madrid. La aparición de "La Solidaridad", periódico de la Internacional, le proporciona una ocasión para iniciar una intensa labor periodística que solo acabará al final de su vida.
Tras la ruptura de los anarquistas con Marx, Iglesias solicita su ingreso en 1873 en la Asociación del Arte de Imprimir y al año siguiente fue elegido su presidente. Desde esta nueva plataforma preparará durante varios años de labor clandestina la creación del segundo partido obrero de los que se constituirían en el mundo. El 22 de mayo de 1879, en un banquete de fraternidad internacional celebrado clandestinamente en Madrid, veinticinco personas (con Iglesias al frente) fundan el Partido Socialista Obrero Español.
En repetidas ocasiones irá a la cárcel por su cada vez mayor activismo político. La primera por una huelga en 1882 y la última, cuando tiene sesenta años. En todas las ocasiones rechaza las peticiones de indulto. También será víctima de la represión particular de los patrones que le niegan el trabajo. Gracias al periódico "El Socialista", que había fundado el 12 de marzo de 1886, y al salario que recibe como impresor, redactor y director del mismo, eludirá el hambre en más de una ocasión.
El 12 de agosto de 1888 se acuerda en Barcelona la creación de la Unión General de Trabajadores, nombre propuesto por Iglesias. Y en el Congreso de 1889 es nombrado presidente de su comité nacional, cargo en el que continuará hasta su muerte.
En 1890, cuando se celebra en Madrid por primera vez la jornada de lucha del Primero de Mayo, encabeza una impresionante manifestación y es el encargado de entregar al Gobierno las reclamaciones de las reformas legislativas, entre ellas la reforma de la jornada laboral a ocho horas.
En 1905 fue elegido por primera vez concejal del Ayuntamiento de Madrid y en las elecciones de junio de 1910, gracias a la alianza republicano-socialista a la que se había opuesto Iglesias, fue elegido (con el respaldo de 40.899 votos) primer diputado socialista que entra en el Parlamento español.
Su intensa actividad parlamentaria se va a limitar a los cuatro primeros años, ya que en 1914 el empeoramiento de su salud le impedirá asistir a la mayoría de las sesiones.
La escisión del partido en 1921 (cuando el PSOE, con el apoyo de Iglesias, adopta la línea socialdemócrata en contra de la III Internacional) y la constitución del Partido Comunista Obrero Español será mortal para la salud del viejo dirigente. En 1923 fue elegido diputado por última vez.
Aunque el fundador del socialismo español tenía una escasa formación teórica, su producción intelectual es cuantiosa y relevante. Desde su primer artículo, "La Guerra", firmado el 5 de diciembre de 1870 en "La Solidaridad" hasta el último, "El Proletariado vencerá", aparecido en "La Libertad" el 5 de diciembre de 1925, se pueden cuantificar unas dos mil colaboraciones en numerosos periódicos y revistas de España y del extranjero. Entre otros, escribió "El programa de nuestro partido", "Discurso", "Las organizaciones de resistencia", "El programa socialista", "Comentarios" y "Propaganda socialista". Tras su muerte fueron editados también muchos de sus escritos, como "Exhortaciones a los trabajadores", "Páginas escogidas", "Reformismo social y lucha de clases", "El Partido Socialista" y las reformas sociales" y "Antología crítica". Este conjunto convierte a Iglesias en uno de los mejores propagandistas, con la palabra y la pluma, del ideario socialista.
A su vez, pocos líderes obreros merecieron tanta atención y generaron tanta bibliografía como él. Fue objeto de vehemente defensa y furibundo ataque. De cualquier forma, su coherencia ética, su llamada a la regeneración y a la esperanza constituyen los rasgos fundamentales de su trayectoria vital.
El 9 de diciembre de 1925 falleció en Madrid. En un cajón de su humilde despacho dejó un sobre con 1.000 pesetas para "El Socialista", al que había estado vinculado desde su nacimiento.
El homenaje póstumo que se le tributó fue impresionante. Con la autorización del Gobierno, más de 150.000 ciudadanos acompañaron el féretro al cementerio civil de Madrid y desde todas las tribunas se le rindió un unánime y cálido recuerdo.
Enric Prat de la Riba
(Enric Prat de la Riba y Serra; Castellterçol, 1870 - 1917) Político y escritor catalán. Pertenecía a una antigua familia de propietarios rurales del Vallés oriental. Cursó la carrera de abogado en la Universidad de Barcelona y, todavía estudiante, presidió el "Centre Escolar Catalanista" y compuso, en colaboración con Pere Muntanyola, el folleto Doctrina catalanista.
Publicó sus primeros artículos en La Reinaxença: muy joven aún ingresó en la "Unió Catalanista", pero se separó de este partido para dirigir La Veu de Catalunya, al convertirse este semanario en diario (1899). Pronto conquistó un gran prestigio como periodista de criterio lúcido y juicioso. Expuso su doctrina política en La nacionalitat catalana y en un manifiesto, Per Catalunya i l'Espanya Gran, que firmaron los parlamentarios catalanes.
Procesado en 1897 por un articulo en La Renaixença y encarcelado en 1902 por otro en La Veu de Catalunya, del cual no era autor, su salud, ya precaria, se hizo más delicada y le privó de intervenir plenamente en las luchas políticas. A partir de la Solidaridad Catalana (1906) Prat de la Riba se convirtió en el verdadero director de la "Lliga Regionalista", partido que ocupaba el centro de la política catalana.
Diputado provincial (1905), presidente de la Diputación (1907), pasó a presidir la Mancomunidad de las cuatro, provincias catalanas al crearse esta institución (1914). Con ambición plenamente nacional, se consagró a dar contenido a la vida catalana, creando e impulsando entidades de cultura como la Universidad Industrial, el Instituto de Estudios Catalanes, la Biblioteca de Cataluña, el Consejo de Pedagogía, etc. Su autoridad era indiscutible, no sólo entre los parlamentarlos de su partido, sino entre los otros grupos políticos; todos veían en él al "seny ordenador" de un vasto y auténtico renacimiento cultural y político.
Sabino Arana Goiri
Padre del nacionalismo vasco (Bilbao, 1865-1903). Procedente de una familia carlista del barrio de Abando, Sabino inició su educación en Bayona (Francia), adonde habían huido en 1873, al descubrirse la implicación de su padre en el contrabando de armas para los partidarios de don Carlos (VII). Después pasó por un colegio de jesuitas y completó su formación aprendiendo vasco durante una larga convalecencia.
Interrumpió sus estudios de Derecho en la Universidad de Barcelona al morir su madre, en 1888. Desde entonces, aislado en su casa de Albia, se dedicó a la investigación histórica y filológica, obsesionado por la identidad del pueblo vasco. Elaboró multitud de artículos (la mayoría sobre temas lingüísticos) que, en 1892, recopiló bajo el título Bizcaya por su independencia; en 1893 los presentó ante unos cuantos adeptos en un acto que representa el arranque de su actividad política (el llamado «juramento de Larrazábal»).
Su ideología de entonces, racista y reaccionaria, no desentonaba en el contexto europeo de fin de siglo, en el que proliferaban los nacionalismos xenófobos y chovinistas; aparte del referente mítico de la lengua, común en la mayor parte de los nacionalismos europeos desde los románticos alemanes, Sabino dotó a su movimiento de un tinte tradicionalista (reclamación de los «fueros» como constitución propia del país) y de un confesionalismo católico rayano con el integrismo, que quedaron reflejados en su lema Dios y leyes viejas. Creía haber descubierto los principios eternos del «ser» vasco, a cuyo olvido atribuía la decadencia histórica del país y su sometimiento a ideas foráneas.
Hizo objeto de sus ataques a los inmigrantes venidos de otras regiones de España, a los socialistas y al movimiento obrero en general, así como a los principios de tolerancia del liberalismo; consiguió así entroncar con los temores y las frustraciones de las clases medias de la provincia de Vizcaya, intensamente sacudidas por la reciente industrialización, que acogieron la propuesta nacionalista como argumento ideológico de su lucha contra la clase obrera y contra el Estado centralista de la Restauración, al que consideraban aliado de los grandes capitalistas autóctonos.
Hola Jesús, bienvenido de tu viaje, ya me contarás que tal.
Adunto información sobre Sabino Arana.
Un saludito y hasta mañana.
LOURDES.
Nació en 1865, de una acaudalada familia naviera y propietaria de un astillero. Su padre, carlista, estuvo comprometido en el suministro de armas para el movimiento que daría lugar a la tercera y última guerra carlista, en 1872, cuyo fracaso final, en 1876, le sumió en una profunda depresión. El carlismo quedó prácticamente en ruinas y la familia Arana perdió bastante de su posición económica. Pero no fue sólo una derrota política y militar: también la sociedad vizcaína experimentaba por entonces un brusco cambio, aniquilador de los viejos valores y formas de vida a los que tan apegada estaba la familia Arana. En los años 70, la explotación de las minas de hierro para su exportación había iniciado la industrialización de Vizcaya, completada en los años 80 con la creación de plantas siderúrgicas. Estaba cambiando la composición social y hasta el mismo paisaje, la ciudad crecía con barriadas lóbregas donde se albergaban miles de inmigrantes de otras provincias, gente a menudo desarraigada y sin vida familiar, parte de ella influida por ideas antirreligiosas o revolucionarias
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